Autoestima

El día en que comencé a aceptarme tal cual soy y dejar de juzgarme tanto y juzgar a los demás, el amor propio y la autoestima comenzaron a fortalecerse en mí.

Toda la desvalorización que tenía y no me había dado cuenta hasta ahora que me hice consciente de que si yo no me quiero, si yo no me acepto, nadie lo hará por mí.

Herramientas que me ayudaron a lograrlo:

ACEPTARME
Aceptar no es agachar la cabeza y decir que sí a todo, aceptar es cambiar lo que está a mi alcance cambiar y dejar SER aquello que no podemos cambiar.
Acepta que eres hermoso tal cual eres, con tus defectos y tus virtudes.
Acepta que eres perfecto ya que nos crearon a imagen y semejanza de DIOS o del Universo.
Somos seres divinos en todo sentido y nuestro cuerpo es una máquina perfecta, por eso hay que cuidarla, nutrirla y amarla en todo momento y con todo lo que ello implica.

GRATIFICARME
Siempre tener un lugar en el día para mí, para hacer lo que amo, para contemplar la luna, el sol o lo que necesite en ese momento.
Sentir que realmente soy merecedor de la abundancia infinita que hay en este mundo fue parte fundamental en mi vida.
Gratificarme no es ser egoísta, sino todo lo contrario, es lograr el equilibrio dentro de uno para poder brindarme más y mejor al otro.
Jesús nos dijo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Pero esto se malinterpreta muchas veces, ya que quedó la creencia de que tenemos que amar al otro más que a nosotros mismos y no es lo que dice la frase.
Es tan importante amarte a ti como amar al otro, de la misma forma y en equilibrio.
Ni más ni menos que a uno mismo.

SENTIR QUE SOY MERECEDOR Y SUFICIENTE
"Me amo y me acepto profundamente y completamente" es como mi frase de cabecera, la que cuando no me la recuerdo me hace falta.
Nos merecemos ser felices, estar en paz y equilibrados. Y es verdad lo que dicen de que todo camino comienza por casa.

¿Y tú? ¿Qué estás esperando para valorarte?